IN FRAGANTI
lunes, 30 de marzo de 2015
Realizar una presentación utilizando imágenes y un poema de la lírica medieval.
Mira este ejemplo .
Escoge un poema de la lírica medieval y realiza una presentación. Ondas do mar de Vigo on PhotoPeach
sábado, 14 de marzo de 2015
Modelo de grabación de un comentario personal.
A continuación encontrarás un modelo de grabación de un comentario personal de una muestra de lírica medieval castellana.
Record music and voice >>
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sábado, 28 de febrero de 2015
domingo, 22 de febrero de 2015
Escribir un guion sobre un héroe comtemporáneo.
Escribir un guion sobre un héroe contemporáneo.
Tienes que escribir un guion sobre un héroe contemporáneo,debes imitar:
- La estructura narrativa del poema del Mio Cid.Encontraras en este artículo información sobre la Originalidad de su estructura.
- Las características del héroe un gran personaje que fomente en el pueblo un espiritu de imitación y de union.
- Mantener la funcion de la épica de ser un vehículo de información , difusión y propaganda de unos sectores concretos de la sociedad (portador de las ideas de la clase dominante o de las ideas que tu elijas),
- y por supuesto deleitar y entretener.
Por si hay algun aspecto que no ha te ha quedado claro sobre la figura del cid o la estructura del poema , revisa tus conocimientos aquí.
Para ayudarte a escribir tu guion sigue los siguientes pasos.
domingo, 15 de febrero de 2015
El 'Cantar de Mio Cid' es un coñazo
El 'Cantar de Mio Cid' es un coñazo
Los profesores de literatura tenemos más culpa que los videojuegos en el desprestigio de la ficción y en el abandono de la lectura por parte de las nuevas generaciones.
Llevamos más de cien años explicando de la misma manera los mismos autores, las mismas obras y las mismas figuras literarias; y no hay ninguna disciplina que soporte semejante inmovilidad.
Dado que las cosas no están funcionado, ¿por qué no ensayar algunos cambios? ¿Por qué no abandonar, por ejemplo, el supersticioso respeto a la ordenación cronológica en beneficio de otro que tenga en cuenta la edad de los alumnos y sus intereses reales?
En vez de dar vueltas concéntricas al mismo temario, que invariablemente empieza en la Edad Media y termina en la época contemporánea, ¿por qué no empezar por el final?
El primer contacto de un escolar con la historia de la literatura se produce en la Edad Media, algo que sin duda es lo más académico, pero no sé si lo más adecuado. ¿No sería más lógico empezar por la literatura contemporánea para estimular su apetito e ir formándolo como lector?
A medida que avanzaran los cursos nos iríamos alejando hasta llegar al Cantar de Mio Cid, un texto escrito en otro tiempo, en otro mundo y —reconozcámoslo— en otro idioma. Un texto cuya lectura requiere asistencia técnica.
Y aquí es donde hemos fallado, en el servicio de atención al cliente.
El profesor debe leer con sus alumnos como si comiera nueces: rompiendo para ellos el duro cascarón de la lejanía cultural y dándoles a probar el fruto, dulce o amargo pero tierno, que el libro elegido guarda en su interior.
Esta es la teoría, qué bonita.
¿Y la práctica?
¿Cómo se abre esa nuez?
¿Cómo se explica en la práctica a chicos de 15, 16 ó 17 años un texto tan alejado de nosotros, tan pestiño —al menos a primera vista— como el Cantar de Mio Cid?
El cascanueces
El Cantar de Mio Cid se parece más a lo que hoy nosotros llamamos novela que a lo que hoy nosotros llamamos poesía. Está escrito en verso, pero está escrito en verso por razones —digamos— accidentales, porque escribirlo en verso (es decir, usando renglones con el mismo número de sílabas y que además riman entre sí) era la única manera que tenía el juglar (el cuentacuentos, diríamos hoy) de aprenderse esta larga narración de memoria sin cometer errores.
Porque no debemos olvidar que la literatura se ha administrado siempre por vía auditiva y no por vía ocular. La gente escuchaba los libros, no los leía. Los escuchaba en la plaza del pueblo o en los caminos, en los hoteles —en las ventas—, donde concurrían personas de variada condición y procedentes de todas partes.
La lectura en silencio y en soledad es un fenómeno bastante reciente. Hasta hace doscientos o trescientos años la lectura era sobre todo un acontecimiento social, algo así como ir al cine.
El Cantar de Mio Cid tiene dos hilos argumentales.
El primero es la historia de Rodrigo Díaz de Vivar, un caballero castellano —mitad real, mitad inventado— que, injustamente desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI (1047-1109), hace todo lo posible para que el rey lo vuelva a querer. Y al final lo quiere.
El segundo hilo es la historia de la guarrrada que los infantes de Carrión —sus yernos— le hacen a las hijas del Cid y de la civilizada reacción de éste.
Vayamos con el primer argumento.
Alguien —no sabemos quién—, ha dicho algo malo del Cid, no sabemos qué. El caso es que Alfonso VI lo castiga y lo expulsa del reino. El Cantar comienza precisamente en el momento del desahucio: antes de partir hacia Burgos —primera parada antes del destierro— el Cid se vuelve hacia su casa, y al verla vacía, con las ventanas abiertas, sin gente y sin muebles, se echa a llorar.
(Entre paréntesis: es curioso lo mucho que lloran los héroes épicos. Tan machos ellos, con barbas tan largas y a las primeras de cambio se deshacen como Magdalenas. Sería muy interesante estudiar cuándo dejan de llorar los héroes, cuándo cambia el modelo de masculinidad, en qué siglo, y por qué. El Cid llora mucho, pero no recuerdo que John Wayne haya vertido jamás una lágrima. Cierro paréntesis).
La primera mitad del Cantar cuenta los esfuerzos del Cid por congraciarse con el rey, cosa que al final consigue.
¿Cómo?
Muy fácil: desde el primer día del destierro, el Cid y sus hombres (porque no sólo lo destierran a él, sino a él y a su pequeño ejército) se dedican a conquistar ciudades y pueblos en poder de los musulmanes. Matan a los moros y se quedan con todo.
Naturalmente, después de cada victoria el Cid reparte el botín entre sus hombres, pero no se olvida nunca de apartar una generosa porción para el rey. Le envía un regalo, le envía dos; y al tercero, claro, ya lo tiene en el bote.
Pero lo que hace que el rey le perdone definitivamente no son tanto los regalitos como otro detalle: resulta que los hermanos Carrión —los infantes de Carrión—, dos chicos de muy buena familia y muy cercanos al rey, están empeñados en casarse con doña Elvira y doña Sol, las hijas del Cid. Aunque no le gustan como yernos, el Cid accede al matrimonio: en realidad no tiene más remedio, si quiere arreglar las cosas con el rey. Y el rey, claro, conmovido por su mansedumbre, lo perdona y le permite que regrese a Castilla.
Y aquí comienza el segundo hilo argumental.
Ya he dicho que al Cid le daban mala espina esos infantes de Carrión. Y no se equivocaba. Resulta que un día, ya casados con sus hijas, se escapa un león de palacio, y los infantes en vez de ayudar a capturarlo huyen despavoridos y se esconden. Tiene que ser el suegro quien resuelva el desaguisado para regocijo de todos los testigos y humillación de los yernos, que no tardarán en vengarse de él.
De vuelta a casa, a la altura de un robledal, en un pueblo llamado Corpes, en la provincia de Guadalajara, los infantes de Carrión, rabiosos todavía por el espantoso ridículo que han hecho con el león, desnudan a sus esposas, las maltratan y las abandonan, en lo que se puede considerar el primer caso de violencia de género documentado en la literatura castellana.
¿Qué hubiera hecho hoy un padre en una situación semejante? En el Regreso al Futuro de la semana pasada vimos cómo se las gastaban los militares en la Edad Media. Aunque no hace falta irse a la Edad Media. En nuestros días, cuando se produce uno de esos horrendos asesinatos de adolescentes, no es raro oír en las tiendas y en los taxis opiniones de sujetos supuestamente civilizados que sin embargo son partidarios del linchamiento sin juicio.
Pues bien, Rodrigo Díaz de Vivar, un tipo que vivió en el siglo XI, les da a todos ellos una lección de civismo y de respeto a las leyes. ¿Cuál es la reacción del Cid al enterarse de que han violado y torturado a sus hijas? Pues en vez de buscar a los infantes de Carrión para reventarlos y cortarles las orejas, el Cid pide justicia al rey, que es algo así como poner una denuncia en comisaría.
El rey atiende la petición y convoca las Cortes en Toledo, adonde acuden los infantes y el Cid, que lo primero que reclama curiosamente es la devolución de la dote: que le devuelvan su dinero.
(Abro paréntesis: una de las cosas que más sorprende del Cantar es la presencia constante del dinero. ¿Dónde se ha visto que un superhéroe tenga problemas de liquidez? Pues el Cid los tiene, y se le ve muy preocupado por ello. Él se considera a sí mismo una especie de trabajador autónomo con familia a su cargo y con empleados a los que tiene que pagar todos los meses. Cierro paréntesis).
Seguimos en las Cortes. El Cid ha denunciado a los infantes. Y, entonces sí, con la autorización del rey, los reta a una batalla judicial, que demuestra quién tiene razón.
Vence el Cid, se anulan los matrimonios y como colofón a tanta alegría, los infantes de Navarra y de Aragón, con pinta de ser mejores yernos que los de Carrión, solicitan en matrimonio a doña Elvira y doña Sol.
Y así termina Cantar.
El Mio Cid como novedad literaria
Hay dos maneras de leer un libro antiguo: como si fuera una pieza de arqueología o como si fuera una novedad literaria.
Lo leemos como una pieza de arqueología cuando buscamos en él restos de un mundo que no es el nuestro. Porque no siempre se ha vivido como vivimos nosotros, ni han estado vigentes nuestros valores, nuestras creencias y nuestra manera de ver y de sentir las cosas. Leer los libros antiguos como si fueran piezas de arqueología es un acto de humildad, el reconocimiento de que los occidentales del siglo XXI somos un granito de arena en esa inmensa playa que se llama Historia de la Humanidad.
Leemos un libro antiguo como si fuera una novedad literaria cuando buscamos en él nuestro reflejo, el reflejo de nuestro mundo, las constantes que se han mantenido a lo largo del tiempo, las coincidencias —que las hay—, entre aquellas personas y nosotros. Unos y otros somos al fin y al cabo seres humanos, y es asombroso comprobar lo poco que hemos cambiado desde los tiempos del Cid, lo mucho que nos parecemos al héroe del Cantar, al hidalgo del Lazarillo o al Sancho Panza del
Quijote.
El estudio especializado de la literatura requiere, por supuesto, una lectura arqueológica de los textos. Pero en la escuela, tal y como están las cosas, no tiene sentido leer de esta manera.
En una situación de emergencia como esta, yo leería los libros antiguos como si fueran novedades literarias. Leería el Cantar de Mio Cid, se me ocurre a botepronto, como la historia de Rodrigo, un empleado que trabaja en una empresa de compraventa de suelo (al fin y al cabo, la llamada Reconquista no fue sino una gigantesca expropiación de tierra), y que es acusado falsamente por unos compañeros de trabajo que luego violarán a sus hijas, y relegado en el escalafón por Don Alfonso Cesto, el presidente de la compañía.
O mejor aún: leería el Cantar como si fuera una novela barata de ciencia ficción, en la que Cid se des-tierra literalmente: se ve obligado por una injusticia a abandonar el planeta y a buscarse la vida allende nuestra galaxia. ¿Acaso los moros que aparecen en el Cantar no son los mismos seres insidiosos y deshumanizados que los marcianos de las películas de serie B?
Sí, perdamos el miedo supersticioso a nuestros clásicos como han hecho los británicos con Shakesperare hace mucho tiempo; leamos el Cantar en clase con una versión traducida, mientras vemos una mala película de ciencia-ficción, fijándonos en las coincidencias narrativas o en el semejante tratamiento de los personajes.
El Cid , leyenda e historia.
Comenzamos nuestra andadura por la poesía épica medieval con el Cantar de Mio Cid,
obra que relata las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid
Campeador. Este poema es el más antiguo de los cantares de gesta
conservados y también el único del siglo XII que nos ha llegado casi
completo.
Y para que conozcáis el argumento de la obra, tenéis este vídeo en donde se repasan los sucesos más significativos de cada cantar: el Cantar del destierro, el Cantar de las bodas y el Cantar de la afrenta de Corpes:
Vamos a centrarnos en dos aspectos de los muchos que ofrece para el estudio el Cantar del Mio Cid.
Esto es lo más característico y significativo de la poesía épica que , al representar la toma de conciencia de sí misma de una colectividad y el descubrimiento de sus intereses propios, se convierte en poesía nacional; por ello la poesía épica aparece en determinados momentos históricos de la evolución de una nación, y concretamente en su periodo de formación. Resulta así que se entabla así entre la obra y su público una relación muy peculiar que es específica de la épica.En efecto el poeta épico tiende a establecer una solidaridad entre el héroe, el coro interior ( los burgueses de Burgos con su simpatía hacia el Cid)y el coro exterior representado por el público, porque siente( y guia los sentimientos de sus oyentes) , al igual que el público el poema como cosa suya.Esta es la causa de la objetividad ëpica y por ello es absolutamente imprescindible que los acontecimientos narrados sean verdaderos , o por lo menos vividos como verdaderos , porque de otra manera no tendrían ningún ascendente sobre el auditorio.
Con la finalidad de profundizar en esta primera cuestión os propongo que tras ver estos dos videos rellenéis el formulario que aparece a continuación que os invita a sacar vuestras propias conclusiones.
Y su segunda parte:
Ahora debes rellenar este formulario , que también encontrarás aquí:
El Cid fue un personajes histórico que despertaba gran interés en el
pueblo, sus hazañas fueron relatadas por juglares y la gente se sentía
identificada con él porque representaba al héroe que ganaba su honra
gracias a sus propios méritos, no escudándose ni en títulos ni en
privilegios. El Poema de Mio Cid recoge episodios históricos del
héroe como el destierro o la conquista de Valencia, pero el cantar es
una obra literaria con elementos de ficción y presenta episodios
literaturizados, como por ejemplo, el episodio en el que el Cid se
enfrenta con valentía a un león.
En este video, se explican las características generales
de los cantares de gesta para pasar luego al estudio del Poema de Mio Cid: el
Cid histórico y el literario, la conservación del manuscrito, la
autoría, la caracterización del héroe, la ruta del Cid, la trascendencia
de la obra...
Y para que conozcáis el argumento de la obra, tenéis este vídeo en donde se repasan los sucesos más significativos de cada cantar: el Cantar del destierro, el Cantar de las bodas y el Cantar de la afrenta de Corpes:
Vamos a centrarnos en dos aspectos de los muchos que ofrece para el estudio el Cantar del Mio Cid.
- La relación entre la leyenda y la historia. [En esta entrada]
- Técnicas narrativas en el Cid. [Entrada posterior]
Esto es lo más característico y significativo de la poesía épica que , al representar la toma de conciencia de sí misma de una colectividad y el descubrimiento de sus intereses propios, se convierte en poesía nacional; por ello la poesía épica aparece en determinados momentos históricos de la evolución de una nación, y concretamente en su periodo de formación. Resulta así que se entabla así entre la obra y su público una relación muy peculiar que es específica de la épica.En efecto el poeta épico tiende a establecer una solidaridad entre el héroe, el coro interior ( los burgueses de Burgos con su simpatía hacia el Cid)y el coro exterior representado por el público, porque siente( y guia los sentimientos de sus oyentes) , al igual que el público el poema como cosa suya.Esta es la causa de la objetividad ëpica y por ello es absolutamente imprescindible que los acontecimientos narrados sean verdaderos , o por lo menos vividos como verdaderos , porque de otra manera no tendrían ningún ascendente sobre el auditorio.
Con la finalidad de profundizar en esta primera cuestión os propongo que tras ver estos dos videos rellenéis el formulario que aparece a continuación que os invita a sacar vuestras propias conclusiones.
Y su segunda parte:
Ahora debes rellenar este formulario , que también encontrarás aquí:
sábado, 7 de febrero de 2015
Grabación de un comentario personal de un poema de la lírica tradicional castellana.
Comenzamos nuestro recorrido literario por los poemas medievales
pertenecientes a la lírica tradicional, poesía de carácter oral cuyas
manifestaciones más representativas son las jarchas, las cantigas
gallego-portuguesas y los villancicos castellanos.Las diapositivas de la lírica
tradicional os ayudará a conocer mejor estos poemas:
Debes acceder a una selección de estos poemas aquí y para conocer saber más sobre estos poemas no te pierdas la siguiente información.
A continuación debes realizar un comentario atendiendo a las siguientes pautas:
Debes acceder a una selección de estos poemas aquí y para conocer saber más sobre estos poemas no te pierdas la siguiente información.
A continuación debes realizar un comentario atendiendo a las siguientes pautas:
COMENTARIO PERSONAL DE UN POEMA
Elige uno de los poemas leídos en clase. Léelo con atención y, sirviéndote de los puntos que aparecen a continuación, elabora un pequeño texto en el que plasmarás tu interpretación del poema.
No olvides:
- mantener la coherencia;
- estructurar el texto en párrafos;
- adecuar tu expresión al tipo de texto con el que estás trabajando.
- Tema del poema.
- Qué creéis que el autor quería expresar con ella;
- Sensaciones que te ha producido,qué os sugiere personalmente lo que habéis leído (podéis hacer referencia a vuestra propia experiencia personal).
- Imágenes y comparaciones utilizadas por el poeta para plasmar esas sensaciones que te hayan llamado la atención.
No olvidéis utilizar las fórmulas para plasmar la opinión personal.
El autor quiere transmitir…
Me evoca…
Me recuerda…
El autor quiere expresar…
Me sugiere…
Despierta en mí un sentimiento de
Por último recitaréis los poemas delante de vuestros compañeros, leeréis el comentario , lo grabaremos y publicaremos en el blog.
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